Santiago de los Caballeros, la segunda ciudad más importante de la República Dominicana, se encuentra sumida en un caos vehicular que afecta la vida diaria de sus ciudadanos. La falta de un sistema de transporte público eficiente, la congestión vehicular y la ausencia de planificación urbana han convertido a Santiago en una ciudad difícil de transitar, especialmente en las horas pico.
Las principales vías de la ciudad, como la Avenida 27 de Febrero, la Avenida Juan Pablo Duarte y la Circunvalación, se han transformado en auténticos estacionamientos durante gran parte del día. Este embotellamiento constante no solo aumenta el estrés de los conductores, sino que también contribuye a la contaminación ambiental, empeorando la calidad del aire que respiran los santiagueros.
El transporte público, lejos de ser una solución, es parte del problema. Las rutas de concho, manejadas de manera informal, no garantizan un servicio regular ni de calidad. Los autobuses y minibuses, en muchas ocasiones en condiciones deplorables, no cubren adecuadamente las necesidades de movilidad de la población, obligando a muchos a depender de vehículos privados, lo que agrava aún más el problema de la congestión.
Ante esta situación, es crucial que el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT), bajo la dirección de Milton Morrison, tome cartas en el asunto. Morrison, quien ha demostrado capacidad de gestión en sus funciones anteriores, ahora enfrenta el reto de transformar el sistema de transporte en Santiago.
Es imperativo que Morrison designe a una persona de su absoluta confianza para liderar las acciones necesarias en Santiago.
Esta persona debe ser competente, con visión y compromiso, para implementar políticas efectivas que resuelvan el caos actual. La modernización del transporte público, la regulación del tránsito y la creación de soluciones sostenibles deben ser las prioridades inmediatas.
El INTRANT tiene la responsabilidad de garantizar que Santiago cuente con un sistema de transporte digno, seguro y eficiente. Los ciudadanos no pueden seguir esperando, y es hora de que Milton Morrison y su equipo tomen decisiones firmes para mejorar la movilidad en la ciudad. El futuro de Santiago depende de ello.