La renuncia de Kelvin Cruz, exalcalde del municipio de La Vega, para asumir el cargo de ministro de Deportes ha generado un vacío de poder significativo en esta ciudad del Cibao. A esto se sumó la inesperada renuncia de la vicealcaldesa Amparo Custodio, quien declinó asumir el cargo pese a tener la potestad para hacerlo, argumentando razones éticas. Este escenario ha abierto el debate sobre cómo resolver la crisis de la Alcaldía y cuál es el mejor camino para asegurar la legitimidad y estabilidad del gobierno municipal.
La legislación actual establece que, ante la vacante de ambos funcionarios, se deben convocar elecciones extraordinarias para elegir a un nuevo alcalde. No obstante, algunos sectores han propuesto una solución innovadora: realizar un referéndum local, donde los ciudadanos de La Vega puedan decidir si prefieren elecciones o la designación de un alcalde interino mediante otro mecanismo.
La Constitución dominicana de 2010 prohíbe la designación presidencial de alcaldes, una práctica que era común en el pasado cuando los cargos vacantes eran cubiertos por el Ejecutivo. Según el artículo 201 de la Carta Magna, los funcionarios municipales deben ser elegidos mediante votación popular, lo que asegura que cualquier autoridad local cuente con el respaldo directo de los ciudadanos. Esto coloca el foco en las elecciones extraordinarias como el mecanismo tradicional para cubrir el vacío.
¿Por qué un referéndum es una opción viable?
Un referéndum ofrecería a los ciudadanos la oportunidad de decidir entre dos opciones clave: convocar elecciones extraordinarias o designación Presidencial. Esta alternativa no solo permitiría cumplir con el espíritu democrático de la Constitución, sino que también involucraría a los ciudadanos en la solución del problema, dándoles mayor control sobre el futuro de su comunidad.
Un proceso electoral como este también ayudaría a restaurar la confianza en las instituciones locales, y sería un claro mensaje de respeto a la soberanía popular. Al mismo tiempo, el referéndum sería un método directo para evitar disputas políticas o intentos de solución por imposición, que podrían generar mayor inestabilidad.
¿Cómo se implementaría un referéndum en La Vega?
Si bien la Constitución y las leyes municipales actuales no contemplan explícitamente el uso del referéndum para resolver vacantes, este podría ser promovido mediante una reforma legal o una decisión del Congreso Nacional que establezca esta vía como una excepción para el caso de La Vega. La Junta Central Electoral (JCE) tendría la responsabilidad de supervisar el proceso, garantizando la transparencia y el acceso igualitario a la información para todos los ciudadanos.
El referéndum también requeriría que los actores políticos locales y nacionales lleguen a un consenso sobre las opciones que se pondrían a disposición de los votantes. De esta manera, la consulta no solo sería democrática, sino también una medida práctica para estabilizar la situación.
El impacto en la democracia participativa
Proponer un referéndum en La Vega no solo ofrecería una solución inmediata a la crisis de su alcaldía, sino que también podría sentar un precedente para futuras situaciones en otros municipios del país. Esto implicaría un paso hacia una democracia más participativa, donde los ciudadanos no solo voten para elegir a sus representantes, sino que también tengan una voz directa en la toma de decisiones importantes sobre su comunidad.
De esta manera, La Vega podría convertirse en un modelo de participación ciudadana, fomentando un proceso más inclusivo donde los ciudadanos no solo sean observadores, sino actores fundamentales en el destino de su gobierno local.
La crisis en la Alcaldía de La Vega ha abierto el debate sobre cómo manejar vacantes en cargos electivos y, más allá de las disposiciones legales actuales, el referéndum emerge como una opción que permitiría a los ciudadanos decidir el futuro de su municipio. En un contexto donde las elecciones extraordinarias son vistas como la vía más directa, el referéndum presenta una oportunidad única para fortalecer la democracia local, devolviendo a los ciudadanos el poder de decisión.
Si se logra convocar, un referéndum no solo resolvería la actual incertidumbre política, sino que también marcaría un avance hacia una mayor democracia participativa en República Dominicana.