La restauración de la Fortaleza San Luis como atractivo turístico requiere una inversión millonaria, debido al avanzado deterioro de su estructura. Este emblemático espacio ha sido parte de los planes de varios gobiernos para impulsar el turismo cultural en Santiago, pero hasta ahora, las promesas no se han materializado.

Áreas como el departamento de digitación presentan grietas y filtraciones, mientras que el departamento de atención ciudadana sufre el deterioro de su estructura de madera, agravado por años de abandono. Otros espacios de la fortaleza se encuentran en estado de abandono, acumulando desperdicios, y su icónico reloj lleva décadas sin funcionar adecuadamente, con la última restauración realizada en 1995.

A lo largo de los años, se han propuesto diversos proyectos para revitalizar la fortaleza, como la creación de un hostal y un parqueo subterráneo, pero ninguno ha prosperado. Solo una parte fue rehabilitada por el general Gustavo Jorge García, quien creó un museo con artefactos descubiertos durante las excavaciones.

Uno de los principales obstáculos ha sido un contrato de concesión aún vigente, lo que ha generado conflictos sobre la gestión del espacio. Aunque ha existido interés en convertir el fuerte en un importante atractivo histórico desde el terremoto de 1562, la falta de voluntad política y la apatía de los actores locales han frustrado estos esfuerzos.

El último presidente en visitar la fortaleza fue Luis Abinader, el 27 de noviembre de 2023. Durante su recorrido por el museo, prometió desarrollar y modernizar el sitio para transformarlo en un destino turístico cultural e histórico. Sin embargo, el historiador Edwin Espinal señaló que los reclamos por la rehabilitación de la fortaleza han sido constantes, pero hasta ahora, han quedado estancados por intereses contrapuestos.

A pesar de ser declarada Patrimonio Nacional en 1991, el Ministerio de Cultura ha hecho poco por preservar la fortaleza, según la Ley 41-00. Además, la comisión creada en 2004 para la conservación del sitio nunca se ha reunido, a pesar de contar con la participación de importantes entidades locales como el Consejo Nacional de Asuntos Urbanos, Apedi y la Asociación de Comerciantes e Industriales de Santiago.